Capítulo 18 «La coartada Perfecta»

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Para Bill, un viernes por la noche siempre significaba una salida con sus amigos, exceso de alcohol y una mala noche a causa de los gemidos descomunales de alguna de las chicas de Tom en la habitación de al lado. Pero las cosas habían tomado un rumbo diferente cuando conoció a Brokelle, y de repente, los viernes en la noche significaban películas por la tarde y pasar la noche entera con su novia.
Aquel viernes, ninguna de sus dos definiciones de “viernes” estaba siendo ejecutada. Se encontraba en su sofá, pasando los canales sin dejar ninguno en específico, bostezando cada vez que podía, y con un refresco en la mano que sabía a todo menos a mora. Tom llegó bostezando, con cara de “ya no aguanto un minuto más aquí”, tumbándose en el sofá, a su lado.
—Necesito una nueva palabra para esto —murmuró Tom, refiriéndose a su excesivo aburrimiento. Bill sonrió sin despegar la mirada del televisor.
—Deberías llamar a una de tus “amigas” para que te haga compañía —propuso el de cresta, riendo entre dientes.
—¿Sabes? No es una mala idea… —Tom se levantó de inmediato, y Bill se quedó momentáneamente sorprendido. No era que pensase que su hermano estaba enamorado —porque era ridículo pensarlo—, si no que desconocía hasta qué punto alcanzaba su cinismo. ¿Llamar a una chica cuando estaba saliendo con Camille? Al menos tenía la certeza de que Camille era una chica lista y autosuficiente, que no se iba a echar a morir por un tipo como Tom.
Segundos después, su gemelo volvió con su teléfono celular al oído, probablemente esperando a que la chica contestase. Bill negó con la cabeza y volteó su cabeza a la pantalla del televisor.
—Joder, no contesta —bufó al tiempo que terminaba la llamada—. ¿Por qué no llamas tú a Brokelle? Probablemente esté con ella.
—¿Brokelle? ¿Con ella? ¿A quién estabas llamando?
—A Camille —respondió Tom con obviedad—. ¿A quién creíste que llamaba?
—A…nadie—Bill sonrió para sí mismo, y Tom le miró, extrañado.
—¿No vas a llamarla? —cuestionó.
—Oh, sí. Claro—Bill tomó su celular y marcó el número de Brokelle. Esperaba que esta vez sí le contestase, ya comenzaba a ponerse ansioso después de tres días sin verla.

―●―

La melodía del celular de Brokelle interrumpió la amena conversación que estaban teniendo las chicas en la cocina. Charlotte seguía hablando del misterioso chico que había conocido en el aeropuerto, y como se moría por recibir su llamada. Para su mala suerte, Gustav no llamó en los últimos días, y ella no tenía su número. Entonces, en medio de la cocina, Brokelle trataba de consolarla y Camille simplemente se limitaba a asentir mientras tomaba un poco de jugo.
Pero ahora que Brokelle se había ido a contestar su teléfono, y Charlotte seguía tan decaída, Camille se encontró en una verdadera encrucijada. No era buena consolando a las personas, ni siquiera ella misma podía consolarse. ¿Qué debía hacer? ¿Repetirle que era una chica hermosa y que el tal “Gustav” era sólo un idiota? No, Camille definitivamente no servía para eso.
—¡Es que no lo entiendo! ¿Para qué pide mi número sino va a llamarme? —preguntó Charlotte a Camille. La pelirroja asintió por inercia.
—¡Es estúpido! ¡Odio que fuese tan lindo! —chilló Charlotte, enrabietándose con ella misma. Camille volvió a asentir, sin ser capaz de decir algo productivo para la situación. Se levantó para tomar un poco más de jugo de la nevera, y volvió a su silla segundos después.
En un instante su cabeza pareció atar cabos a una velocidad impresionante. Parecían rayos colisionando en su cabeza, un juego de luces acompañado de recuerdos. Gustav…Gustav… conocía ese nombre, y desde luego concordaba con la descripción que daba Charlotte.
—¿Charlie? —musitó Camille después de un sorbo. Charlotte alzó la mirada y clavó sus ojos brillantes en Camille—¿Cómo era el chico, este…Gustav?
—Sí, Gustav. Era rubio, y de ojos marrones.
—¿Llevaba lentes? —preguntó.
—Sí, de pasta. ¿Por qué?
—¿Y…era como de mi estatura? —volvió a preguntar Camille, ignorando la pregunta de la rubia. Charlie asintió, mirando extrañada a la pelirroja. Ahora Camille sabía de quién hablaba, era definitivamente Gustav. El chico de la casa de Tom, la pequeña rata de laboratorio.
Las cosas no estaban bien.
Ya era suficientemente grave el hecho de que ella estuviese “jugando con Tom” para que se le agregase ahora la relación de Bill y Brokelle, que parecía ir en serio. ¿Pero Charlotte y Gustav? ¿Qué podría salir de eso? ¿Era acaso un plan de Tom, destinado a tenerla mejor vigilada, con la presencia de Gustav como novio de Charlotte? Comenzaba a sentir que las cosas con Tom debían terminar. Pero…de repente no quería. Cuando aquella idea se le vino a la cabeza, sintió la necesidad de inventar una excusa para no tener que terminar el juego con Tom. ¿Qué le sucedía?
Estaba mareada, tantos pensamientos azotaban su cabeza y amenazaban con hacerla perder el juicio. Ya tenía demasiado con lo suyo, como para tener que preocuparse de que Patrick no se diese cuenta de la relación de Charlotte.
Terminó su jugo en un rápido sorbo, y le dirigió una mirada a Charlotte.

―●―

—¿Una salida? —cuestionó Brokelle—. Suena bien…
—Sí, Tom ha dicho que quiere ver a Camille —dijo Bill y ambos soltaron una sonrisa al unísono.
—Oh, se me ha ocurrido una idea —dijo Brokelle—. ¿Tienes algún amigo apuesto, y soltero?
—¿Para qué? —preguntó Bill con recelo. Brokelle sonrió al deducir que su novio se encontraba celoso.
—Tranquilo, cariño. Es para una amiga —aclaró la rubia volcando los ojos. Bill se sintió aliviado.
—Oh, en ese caso; tengo un amigo soltero, pero no estoy seguro de si es apuesto—Se escucharon unas risas, y un reclamo de quién probablemente, era su amigo.
—Bueno, no creo que estés apto para calificar eso —dijo Brokelle sonriendo—. Llévalo de todos modos, yo llevaré a una amiga.
—¿Es atractiva? —cuestionó Bill, y esta vez fue Brokelle la que sintió celos.
—Bill…—le llamó a manera de regaño.
—¡Es él quién pregunta, no yo! —se defendió el de cresta.
—Bien, sí, es atractiva.
¡Oíste Gustav, está buena! —Se escuchó a Tom mofándose, y Brokelle alcanzó a escucharlo.
—Dile a Tom que si no se comporta, Camille no irá —Ambos compartieron una risa maliciosa, y de fondo se escucho un “¡Oye!” de parte de Tom.
—Bien, nos veremos en Velvet en… ¿media hora?
—¿¡Media hora!? —cuestionó Brokelle—¡En media hora no estaré linda!
—Cariño, tú te ves hermosa hasta en pijama —le dijo Bill, accionando de inmediato una sonrisa.
—Consíganse una habitación —se escuchó decir a Tom, para después prorrumpir en carcajadas.
—¡Cállate idiota! —le reprendió Bill—. Bien, ¿entonces a qué hora nos vemos? — preguntó volviendo a la conversación con Broke.
—A las 10 —respondió la rubia—. Y espero que tu amigo no sea un idiota.
—No puedo asegurar nada—Bill sonrió—. Te veo luego, entonces.
—Adiós, cariño — Y terminó la llamada. Rápidamente bajó los escalones al encuentro con sus dos amigas. Camille ya tenía a su chico, uno que aunque lo negase, le encantaba, y Charlotte estaba a punto de olvidarse de Gustav…o al menos eso creía a Brokelle.
—¡A ver, chicas! ¡Las quiero listas en una hora!—Brokelle dio dos aplausos al aire, y un par de miradas se clavaron en ella con incertidumbre.
—¿Y exactamente…para qué? —preguntó Camille.
—Saldremos hoy, Camille y Tom, Bill y yo…y tenemos una pequeña sorpresita para Charlie.
—¿¡Sorpresa para mí!? —chilló Charlie con una sonrisa jovial—. ¡Dime que es lindo, por favor!
—Bueno, eso aún no lo sé —Brokelle torció el gesto—. Pero estoy segura de que es un chico agradable… ¿Tú irás, Cam? Tom ha preguntado por ti.
—Pues, supongo que no me quedaré sola.
—Bien, entonces, a alistarnos, ¡Tenemos toda una noche por delante!
Las chicas subieron una tras otras los escalones, y se encerraron en sus respectivas habitaciones. Probablemente dentro de ellas, lo que sucedía tenía bastante parecido a un torbellino. Zapatos, vestidos, maquillaje y en el caso de Charlotte, extensiones de cabello. Todo volaba por los aires, descartando opciones, o apilando en la cama posibles alternativas.
Camille siempre escogía lo más sencillo, y era simplemente porque no necesitaba nada extravagante. Ella tenía una belleza única y exótica, y no necesitaba mucho para verse realmente hermosa. Además de que tampoco era muy coqueta, de modo que sus atuendos siempre resultaban precisos y sencillos.
Tomó una blusa en color gris, sencilla, con breteles delgados. Unos leggins de cuero y unos botines negros, lo que culminó con una chaqueta negra, de cuero también, que entallaba bajo su busto. Aplicó un poco de maquillaje y dejó su cabello suelto, después roció un poco de perfume y terminó de guardar las otras prendas.
Cuando salió de su habitación fue curioso ver como sus otras dos amigas salían el mismo tiempo. Brokelle se veía increíble, llevaba una falda negra haciendo juego con un lindo blazer con detalles en plateado, y blusa dentro de color blanco.
Luego le sorprendió ver el atuendo de Charlotte, dado que esperaba algo más…llamativo. Pero la rubia llevaba una blusa en color púrpura, con un escote sutil, adornado de pedrería. Un pantalón entubado en color blanco, y unos zapatos de plataforma del mismo color. Camille no hizo más que…enarcar ambas cejas.
—¿Se ve mal? —preguntó Charlotte. Las chicas se quedaron sin habla—. Lo sabía, es demasiado reservado.
Se volteó para entrar de nuevo a su habitación, pero de inmediato las voces de Camille y Brokelle la detuvieron.
—¡No lo hagas! —casi gritó Brokelle—. Así te ves bien, perfecta. Estoy segura que le va a encantar.
—¿Eso creen? —preguntó, pero más que todo dirigiéndose a Camille. La pelirroja forzó su mejor sonrisa, y respondió:
—Claro que sí.

―●―
—¿Por qué se tardan tanto? —se quejó Tom impaciente—. Ya me hubiese follado a dos chicas y Camille no se hubiese dado cuenta.
—Pero en lugar de eso estás aquí, esperándola —le dijo Bill—. Ya llegaran, no han pasado ni 20 minutos.
—¿Y si la chica es fea? —preguntó Gustav—. ¡Sabía que debía llamar a Charlotte!
—Tranquilo, vaquero —dijo Tom, y todos confirmaron que estaba ligeramente ebrio al haber usado la palabra «vaquero»—. Te aseguro que la chica que viene está mejor que Charlotte —Bill y Tom compartieron una mirada de complicidad.
—¿Y? Yo quería venir con Charlotte, no con una chica cualquiera —se quejó el de lentes—. Al menos denme algo para no estar nervioso al hablarle.
Tom no tardó en extenderle un poco de vodka, que Gustav se tomó en un par de tragos.
—¿Podrían controlarse? No llegaran al final de la noche si continúan bebiendo así —les reprendió Bill, y apartó el resto de alcohol que tenían en el centro de la mesa.
—Aguafiestas —bufó Tom por lo bajo—. Vamos Gustav, busquemos a un par de hembras para quitarnos la calentura.
—¡Tom! —vociferó Bill—. ¡Ven acá y pega ese culo a esta maldita silla!
Tom iba a replicar algo, pero de pronto vio algo que lo dejó sin aliento. En la entrada, un par de melenas rubias y una pelirroja entraban caminando con tanta soltura que provocaban ganas de comérselas a besos, a las tres. Todas las miradas se clavaron en ellas, pero ellas simplemente caminaban, inadvertidas del caos que causaban en los pantalones de la mayoría de hombres ahí, además de un par de relaciones destrozadas a causa de los celos de alguna chica.
¿Cómo no mirarlas? No necesitaban ropa cara, accesorios llamativos, u otras cosas para hacerse notar. Ellas tenían brillo propio, y sólo bastaba con que movieran su cabello al caminar para dejar embelesado a todo el que pasara frente a ellas. Tom se sintió orgulloso de saber que una de esas obras de artes pertenecía a él, de algún modo, pero así era. Le pertenecía, y no estaba dispuesto dejarla ir en un futuro cercano.
Bill tampoco pudo decir una palabra, simplemente tragó con dificultad. Lejos de sentirse celoso por las miradas lascivas clavadas en su novia, se sentía orgulloso. Orgulloso de saber que aquellos preciosos ojos estaban clavados en él, y que aquellas despampanantes piernas tenían las huellas de sus caricias impregnadas. Era suya, y el de ella.
Finalmente, las chicas subieron un par de escalones y llegaron a ellos. Tom se acercó rápidamente a Camille y la tomó por la cintura, acercándola a él y besándola desesperada y pasionalmente. Camille le correspondió, aunque un poco extrañada por la intensidad de Tom.
Cuando el de trenzas finalmente se separó de ella, dirigió una mirada a todos los que la miraban; como si les estuviese restregando en la cara que ella, era de él.
—¿De dónde salió eso? —preguntó Camille cuando se separó de él, pero no pudo borrar la sonrisa en sus labios.
—Me gusta presumir —respondió Tom con sonrisa galante. Camille volcó los ojos y tomó su mano hasta encaminarlo a los sofás, para sentarse allí con él. A su lado Brokelle y Bill se comían a besos sin importar la reacción de la demás gente al pasar, y en una esquina alejada Charlotte y Gustav hablaban y reían, parecía que no hubo necesidad de haberlos presentado.
—Y… ¿por qué no llamaste? —preguntó Charlotte, jugueteando con el líquido que tenía en su vaso.
—Ese par de idiotas no me dejaron —respondió Gustav, lanzándoles una mirada a Tom y Bill. Charlotte sonrió casi tímida.
—Eso lo explica todo —dijo con ironía—. Pero…no tiene importancia ahora. ¿Quieres… bailar?
Gustav tragó con dificultad.
—Claro…
Ambos se encaminaron a la pista de baile, tomados de la mano y con cierta pena. Mientras tanto, en la parte alta del club, Tom observó la escena inmediata que el par de rubios ofrecían en la pista.
—¡Bill, Bill! ¡Mira eso! —gritó Tom, dado que la música no dejaba otra alternativa. Bill dirigió su mirada a Gustav en la pista, bailando.
—¡Joder, le dije que no hiciera ese paso! —se carcajeó el de cresta, y a él se unieron las risas de Camille, Brokelle, y Tom.
—¿Cómo supieron que llevaría a Charlie? —preguntó Brokelle.
—Cuando dijiste que era atractiva, no imaginé a otra —intervino Tom desde el otro extremo del sofá. Camille le miró, arqueando una ceja.
—Sólo bromeaba —se excusó Tom, y le concedió un rápido beso. Brokelle y Bill reían al ver la escena.
—¿Crees que se lleven bien? —preguntó Brokelle, viendo desde lo lejos a Gustav y a Charlotte bailando.
—No sé Charlotte, pero Gustav no ha dejado de hablar de ella.
—¿Sí? Charlotte tampoco. Es sólo…no creí que él fuese su tipo.
—Yo tampoco creí que ella fuese su tipo cuando la describió ¿sabes? Y menos cuando Tom dijo que casi se la folla —Bill se echó una carcajada—. Ya imaginarás como son las chicas con las que Tom anda.
Brokelle le miró extrañada, entrecerrando los ojos.
—¿Tom? ¿Tom casi se…?
Bill asintió antes de que ella terminase la frase.
—¿No lo sabías?
—No…—respondió Brokelle—. Es…bueno saberlo.
—Tom dijo que Camille los interrumpió —continuó Bill—. Y tuvo que actuar como si ella estuviese “admirando” los bíceps de Tom —Bill sonrió, y más bien pareció un bufido. Le dio un sorbo a su bebida.
Entonces Brokelle lo supo. Después de tantos días buscando la respuesta, al fin la tenía. Ya sabía por qué Camille era tan irritable al lado de Charlotte.
No pudo evitar sonreír para sí misma, mientras miraba a Camille a lo lejos, con Tom a su lado, susurrándole cosas al oído, que ella respondía con una carcajada. Hacía tanto que no la veía con una sonrisa tan sincera como esa, de hecho, hacía tanto que no la veía con una sonrisa.
—Tom tiene mucha suerte —murmuró sin apartar la mirada de su mejor amiga. Bill le miró confundido:
—¿Por qué lo dices?
Brokelle dio un respingo al darse cuenta que había pensado en voz alta.
—Oh, nada. No me hagas caso —dijo como disipando la idea, y antes de que Bill replicase algo, le acalló con un beso.

―●―

—¿Quieres algo más? —preguntó Tom a Camille. Iba a ir a comprar algo para él, y de paso traería algo para Bill y los demás.
—No, estoy bien —respondió Camille. Tom asintió, y se marchó a comprar un par de tragos para el resto de la noche. Bajó los escalones y llegó a la barra, allí pidió lo que necesitaba, y esperó unos segundos hasta que estuviesen listos.
Se apoyó en la barra, y miró directamente a un espejo que había frente a él. Allí, perfectamente podía ver a Camille, a Brokelle y a Bill. Claro que él fijó su vista en quién realmente le importaba ver, y sonrió cuando sus ojos encontraron la espalda baja de la pelirroja, descubierta, con un par de hoyuelos resaltando. Finalmente sus tragos estaban listos, los tomó y cuando se volteó y buscó con la mirada a Camille, su sonrisa se desvaneció tan rápido como los vasos que sostenía en sus manos cayeron al suelo.
¿Qué hacía aquel tipo coqueteándole a Camille? Y lo peor de todo ¿qué hacía Camille correspondiéndole? Sintió que su rostro se tornaba repentinamente rojo, y que todo alrededor resultaba excesivamente abrumador. ¿Eran celos lo que sentía? Claro que no, él nunca había sentido celos… ni siquiera sabía cómo se sentían.
En ese instante reparó en que sus zapatos habían resultado empapados cuando dejó caer los tragos. Maldijo por lo bajo y dirigió una mirada rápida a todo su panorama, tal vez alguien vendría a limpiar su desastre.
Cuando su cabeza volvió a su posición original, una morena despampanante estaba frente a él. Ojos almendrados, y un cuerpo de infarto. Por el olor de su aliento pudo deducir que la chica estaba un poco pasada de tragos, pero al fin y al cabo eso no era ningún inconveniente, por el contrario, era una ventaja. Miró por última vez a Camille, pero ella sólo reía con aquel tipo. Tom tragó con dificultad, y no le importó nada más cuando tomó la mano de la chica y se la llevó al centro de la pista.

―●―

—Vamos, es sólo un baile —rogaba el rubio, acariciando con su mano la rodilla de Camille. La pelirroja forzaba su mejor sonrisa y continuaba negando con la cabeza, dirigiendo miradas de auxilio a su mejor amiga. Pero Brokelle estaba muy ocupada con Bill, y Camille se estaba quedando sin alternativas.
—Vamos, tu novio no va a enojarse por un simple baile ¿o sí?
Como una lucecilla, una idea iluminó la cabeza de Camille. Tom debía sacarle a aquel chico de encima, necesitaba apurarse y hacerle saber que ella ya tenía un acompañante. De modo que fingir que Tom era su novio por una noche, no sería tan malo. Miró hacia los lados en busca de ropa holgada, una cabeza con trenzas y unas manos llenas de vasos con vodka.
Pero cuando lo encontró, lejos de llevar vodka en sus manos, lo que cargaba era…un ¿trasero? Camille por poco se atragantó con su bebida, y agudizó su mirada sólo para asegurarse que lo que estaba viendo, era real.
Y vaya que era real.
De modo que pensó, “¿por qué se molestaba en negarse a bailar con un chico, aparentemente apuesto, sólo por Tom?” Ciertamente al de trenzas no le importó nada cuando tomó el culo de aquella chica en la pista de baile. Volteó el rostro al chico, y con una sonrisa amena finalmente accedió. Ya en la pista de baile, se puso a pensar en lo ingenua que fue al pensar que Tom iba a tener al menos la prudencia de no coquetear con chicas frente a ella, pero ya se comenzaba a dar cuenta de la clase de chico que Tom era. Y de la misma manera, ella podría corresponderle, así de indiferente y despreocupada. Al fin y al cabo, lo que había pasado era solo una muestra de lo que ya tenía pensado; nada de compromisos.
Tom, por su parte, miró una vez más hacia arriba pero no encontró a Camille. Algo que le incomodó al punto que necesitó mirar hacia los lados para volver a ubicarla. Cuando así lo hizo, estuvo seguro que si eran celos lo que sentía, era el peor sentimiento del mundo.
Sintió una punzada al corazón cuando la vio allí, “restregándosele” a ese estúpido que la manoseaba. Nunca en su vida había sentido tantas de ganas de golpear a alguien, o tantas ganas de ir y arrebatársela. Entonces supo que tal vez ella no la pertenecía, pero él a ella sí.
Entonces ¿estaba en desventaja? Claro que sí. Ella estaba allí, bailando con aquel tipo, sin importar nada, como si él no existiese, mientras que él estaba ardiendo por dentro, sin siquiera ponerle atención a la hermosa chica que tenía frente a él.
¿Desde cuándo le importaba tanto? No lo sabía, lo único que sabía era que necesitaba hacer algo, y ese algo era controlarse. Apretó su mandíbula cuando ella tomó su cabello y lo llevó a un lado de su nuca, dejándola al descubierto. Tenía un tentador tatuaje de enredadera, comenzaba desde atrás de su oreja izquierda, siguiendo en líneas vectoriales la línea de su cabello hasta llegar a la nuca. Nunca antes lo había visto, y era tal vez porque era extremadamente sutil. Sintió que se iba a desmayar allí mismo cuando los labios de aquel asqueroso tipo besaron con avidez la nuca de Camille.
Ella se mostró incómoda al tacto, y de inmediato dejó caer su cabello para evitar el contacto. Pero el chico pareció no entender, y ésta vez fue él quien apartó el cabello con su propia mano y continuó besándola. Camille se apartó de él rápidamente y se colocó cara a cara con él.
Pareció decirle algo, tal vez un insulto que era lo esperaba Tom, pero no pudo escuchar nada, simplemente vio la boca de ella moviéndose. Al rubio pareció no importarle, y la tomó de la cintura hasta acercarla a él, lo suficiente como para depositar un crudo beso en sus labios, algo a lo que Camille se mostró reacia desde el principio.
La pelirroja se separó de él rápidamente, y le concedió una bofetada que hasta Tom escuchó su eco. Pero el chico de nuevo la tomó de la cintura, esta vez con violencia, y justo antes de que pudiese alcanzar a besarla, Tom le propinó un puñetazo directo al rostro. De pronto la música se detuvo, y todas las miradas se clavaron en él.
Sintió su puño arder, y dirigió su mirada al cuerpo inconsciente que yacía a sus pies. Tragó con dificultad, y de inmediato clavó sus ojos en los de Camille.

―●―

El reloj marcaba la media noche, la hora exacta en la que Caleb había citado a Evan. El castaño tomó las llaves de su auto y se dirigió a la mansión de su jefe. A veces sentía rabia cuando Caleb lo citaba a esas horas, a veces hasta la madrugada, pero lo bueno era que siempre que lo hacía, le daba una buena recompensa de dinero.
Cuando llegó, bajó del auto y se tuvo que someter a una requisa por parte de los empleados de Caleb. Aún cuando Evan era uno de sus empleados más leales, Caleb era sumamente desconfiado, y la única persona que se salvaba de eso, era a su hija. Después del tedioso procedimiento, finalmente Evan se encontró tocando la puerta de la oficina de Caleb.
Escuchó de inmediato una voz que concedía su entrada, y abriendo la puerta lentamente, encontró a su jefe leyendo un libro, sentado en su escritorio.
—Siéntate —le pidió Caleb, y dejó su libro de lado. Evan se acercó con pasos rápidos y se sentó frente a Caleb, esperando que éste tomase el mando de la conversación.
—¿Estuvo bien el viaje a Francia? —preguntó.
—Todo salió como lo planeamos —respondió Evan, y luego añadió— :Aunque ya sabe cómo es Camille. Fue a casa de Carter sola y…bueno. Por suerte todo salió bien.
Caleb asintió, no asombrado, sino más bien tranquilo. Camille siempre acostumbraba a hacer las cosas a su manera.
—¿No hubo algún inconveniente?
—A decir verdad…sí —admitió Evan—. ¿Recuerda al tipo que nos estuvo molestando hace algunos meses?—Caleb asintió—Bueno, resulta que Camille realmente no los mató. Ella ha dicho que sí, pero yo no creo que hayan dos tipos con el mismo cometido.
—Buena observación —dijo Caleb—. ¿Y quién fue la víctima ahora?
—Dave Moreau.
—¿Sabes cómo lo mataron?
—Simple, dos balazos al pecho. Aunque debo admitir…fueron buenos. No dejaron ni una sola pista… la policía no podrá atraparlos.
Caleb soltó una sonrisa ronca, típica de sus pulmones dañados por el tabaco.
—Evan —inquirió Caleb, y entre sus documentos sacó una fotografía—. Dime, ¿alguna vez viste a Camille con algún chico, durante su estadía en París?
—No la vi, en realidad —respondió Evan—. Pero, creo que estuvo con alguien una noche en el hotel… en realidad no estoy seguro.
—Tal vez… ¿un chico como éste?—Caleb le extendió la fotografía. Cuando Evan la miró, encontró a un chico alto, con ropa holgada y el cabello trenzado. Parecía un chico normal en realidad, y de repente un recuerdo apareció en su cabeza:
—Bueno, Evan, esa es una pregunta que debería hacerte yo a ti.
—¿De qué hablas? —espetó Evan —. Me aseguré de que estuviesen juntas.
—Oh claro, y lo lograste —dijo con ironía Camille.
—Un momento ¿quién es este tipo?
—No tengo ni la menor idea —respondió Camille.
El castaño sacudió su cabeza, saliendo de su ensimismamiento. Era el mismo chico que viajó con Camille.
—Sí, lo vi un par de veces en el hotel…—respondió extrañado—. Y, curiosamente viajó con Camille cuando volvían a Alemania—El rostro de Evan denotaba confusión en cada una de sus finas facciones.
Caleb guardó silencio, esperando a que el castaño procesara la información y comenzase a atar cabos. Finalmente, lo hizo después de unos segundos.
—Un momento… ¿este es el tipo? ¿El que mató a Dave?
Caleb asintió, esbozando una sonrisa.
—Pero… no puede ser. ¿Cómo lo hace? Es… imposible.
—No está solo —respondió Caleb—. No sé para quién trabaja, pero estoy seguro que no está solo.
—¿Y Camille anda con él? —preguntó consternado.
—Eso no es de tu incumbencia —refutó Caleb, Evan murmuró un “lo siento” en voz baja. A veces a Caleb le molestaba cuando sus empleados hacían muchas preguntas, y mucho más preguntas que tenían que ver con su vida privada. Caleb tomó la fotografía y la volvió a guardar en una carpeta.
Se incorporó y caminó hasta el gran ventanal de su oficina, dónde tenía una hermosa vista de su jardín delantero. Apreció un par de ruiseñores cantando en la rama de uno de sus árboles, otros dos en la fuente de la entrada. Una brisa otoñal los hizo alzar vuelo, y con ellos un par de hojas de color ocre cayeron al suelo.
Encendió uno de sus habanos, le dio una calada, y metió una de sus manos en el bolsillo de su pantalón.
—¿Qué planea hacer, Caleb? —preguntó Evan. Después del silencio mortífero que Caleb guardó, su respuesta fue un simple y crudo:
—Matarlos.
—Puedo hacerlo yo, si quiere —se ofreció Evan, la voz le salió demasiado ansiosa.
Caleb se volteó, con una sonrisa maliciosa dibujada en sus labios. Y con todo el enigma que sus palabras encerraban, simplemente dijo:
—Descuida, ya tengo a la persona indicada para ese trabajo.



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5 Response to Capítulo 18 «La coartada Perfecta»

9 de diciembre de 2010, 6:35 p. m.

¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? ¡Nooooooooooooooooo!
Los va a matar shjdhjddfgfg Caleb se enteró de todo, ¡joder! que yo lo sabía, yo sabia que se enteraría pero no lo esperaba tan pronto O.O No nooo, Tom y Bill o.o ¡noooo! T_______T
Ya va, me ando con calma! *respiro hondo*

Bill pensando que Tom llamaría a alguna puta hahahaha pero ¡no! no lo hizo, hizo algo mejor... ¡llamó a una asesina1 xDDD LOL cuando pensé me causó tanta gracias xD

Ah, la tonta rubia esa que no me cae ¬¬º yo quería que no volviera a ver a Gustav nunca más :D pero al parecer ya tienen "algo" d.d te juro que no me cae e.e es tan idiota como ella sola.
Y Cam que no sabe dar ni una palabra de aliento xD aunque mejor, no quiero que nadie consuele a a la rubia esa *Es oficial, la odio* xD

Bill y Brokelle ♥_♥ adorables n.n y luego sus "celos" por teléfono xD par de tontos hahahah se me hacen tan lindos, no sé, es que así me lo imagino a Bill en la vida real xD

"— ¿Por qué se tardan tanto? — Se quejó Tom impaciente— Ya me hubiese follado a dos chicas y Camille no se hubiese dado cuenta."

¬¬º Tom hijo de puta! Pero aún así seguiste esperándola asi que no me jodas e.e

Definitivamente me cagué de risa con el "— Tranquilo, vaquero" xDDDDDDD se suponía que estoy estudiando peor cuando leí eso me reí, y mi vieja me dijo: ¿Estás estudiando, Carolina? y yo: Uhm si si :D *niña buena*

"— ¡Tom! — Vociferó Bill— ¡Ven acá y pega ese culo a esta maldita silla!"

Hahahahah eso también me causó gracia xD

Ahhhhhhhhhh! y cuando entran las tres y todos O.O ahhhhh, y Tom no dejaba de mirarla y... y... y luego se acerca a ella y la toma de la cintura y le da en beso O_____________O ¡casi me muero! xD es tan lindo ♥ pero ¡claro! no podía faltar Don Ego Kaulitz ¬¬º "—Me gusta presumir" Pero aún así se me hizo tan ajsskdasdhjkdfhdjfh (?)

Tom se puso celoso, Tom se puso celos, y Cam también uh uh *voy dando saltitos mientras camino en círculo y mis brazos se mueven como si corriera*
Tom es un imbécil ¬¬º en lugar de ir donde Cam y decirle al tipo: ¿Qué pasa, vaquero? Ella viene conmigo! ya se me pegó esa palabra xD
Pero no! ahí fue el idiota a bailar con la otra puta que no sé quien mierda es pero me pongo celosa ò.ó
Y el gilipollas ese que besó a Cam o.o ¿qué mierda te pasa? Suéltala o te arranco las pelotas con los dientes (? ok no xD
Pero ahi tenía que estar Super Prostituto Kaulitz para salvarla :D cómo lo amo, y en este fic lo amo mucho más ♥

*trago saliva con dificultad* Y ahora Caleb.... ¡mierda! A quién enviará para que los mate O.O Cam tiene que defenderlo, o es que acaso la mandará a ella o.o no no!

Tienes que seguirla PRONTO Sou d.d
Me encantó todo todiiiiiito :D
Ahora si podré estudiar en paz xD

Te quiero tonta ♥

10 de diciembre de 2010, 6:55 p. m.

lo dije !te lo dije! que cada vez que hablas de Caleb se me pone la piel de gallina y ahora matara a Tom x( pero no lo permitiras verdad me esta dando un ataque .... seguro mandara a Camille a que lo mate !Noooooooooo!

El capitulo fue un mate de risa pero cuando Tom se puso celoso me quede lela -.- la conversacion por telefono de Bill y Broke me hizo reir jajajajajajaja los celos de los dos me dan risa y Tom cuando dijo :

— Consíganse una habitación— Se escuchó decir a Tom, para después prorrumpir en carcajadas.

Tom y sus ocurrencias por eso lo adoro ♥

Y despues cuando se burlaban de Gustav diciendolo que talvez no era apuesto *_* pero para mi el es hermoso xD

Charlotte me da lastima sufriendo por que no la llaman ja pero bien echo por querer violar a Tom !plop!
Me imagino cuando entraron las tres me sorprendio que Bill no tragiera su balde de tanata baba XD
Como no los dos Kaulitz tan egocentricos , Tom me dejo en shock con lo que le dijo a Camille

—Me gusta presumir— Respondió Tom con sonrisa galante.

Don ego no podia faltar xD
Tom celoso me imagine su cara y yo estaba en las nubes creo que celoso se ve mas hermoso ♥
Ese chico de mi**da no entiende que no quiere bailar , los dos Cam y Tom son testarudos por sacarse celos o.O Tom le pego al tipo de m*erda .... y lo dejas ahi sufrire un infarto muy pronto gracias a ti ♥♥
Joder falta mucho para el lunes a mi se me hace una eternidad !!
Voy a estar alucinando todo este fin de semana sobre lo que pasara en la discoteca *-*
Sabes que seguire este fic hasta la muerte y mi alma te seguira despues xD

the flacks
11 de diciembre de 2010, 11:09 a. m.

oh dios me encanta!!!...todos tus capitulos me encantan esq ue muejer escribes imcreible!!...nueno ahy va el comentario

es un hecho que tom esta enamorado de camille!! y ese es lo que me gusta por que son una pareja explosiva...full dinamita, y bill que no vive sin broke!!..

— ¿¡Media hora!? — Cuestionó Brokelle— ¡En media hora no estaré linda!

— Cariño, tú te ves hermosa hasta en pijama— Le dijo Bill y Brokelle sonrió tímida.

tierno....amo uando se comporta asi, pero quisiera verlo en un momento de riesgo, no se que haga algo malo...seria sexy imaginarmelo XD

Tom, por su parte, miró una vez más hacia arriba pero no encontró a Camille. Algo que le incomodó al punto que necesitó mirar hacia los lados para volver a ubicarla. Cuando así lo hizo, estuvo seguro que si eran celos lo que sentía, era el peor sentimiento del mundo

siiii los celos son un asco....yo los senti una vez ¬¬

La pelirroja se separó de él rápidamente, y le concedió una bofetada que hasta Tom escuchó su eco. Pero el chico de nuevo la tomó de la cintura, esta vez con violencia, y justo antes de que pudiese alcanzar a besarla, Tom le propinó un puñetazo directo al rostro. De pronto la música se detuvo, y todas las miradas se clavaron en él.

Sintió su puño arder, y dirigió su mirada al cuerpo inconsciente que yacía a sus pies. Tragó con dificultad, y de inmediato clavó sus ojos en los de Camille.


oh por dios!!!!!.....siiii pegaleeee xD

— ¿Qué planea hacer, Caleb? — Preguntó Evan. Después del silencio mortífero que Caleb guardó, su respuesta fue un simple y crudo:

— Matarlos.

what?.....nooooooo, ahora?..ahora!!!!...esto esta cada vez mas interesantd...siguelaaaaaa

12 de diciembre de 2010, 8:29 p. m.

aw seguro va a hacer que camille, y broke los maten no no no, dios dios.
encima tom es un celoso de pacotilla, y no podia ir a ver que pasaba no tenia que hacerle algo uu,

the flacks
15 de diciembre de 2010, 1:42 p. m.

OMG!!!!...PERO AHORA?...NOOOO NO LO PUEDE MATAR!!1..PUCHA Y YO QUE CREI QUE CALEB NO ERA TAN MALO, ERA PERO QUE TODOS, NO SE PRO ALGO ME DICE QUE CALEB SOSPECHA QUE CAMILLE Y TOM TIENEN ALGO, POBRE CAMILLE!!...QUIEN ES EL?...CAMILLE TENIA UN AMOR?...PUCHA ESTO ESTA INTERESANTEEEEEEE!! SIGUELA MUJERRRRRRR!!!!!