Capítulo 30 «Flores Negras Florecen»

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          Su cuerpo era ligero, tan ligero que Tom sentía ganas de no dejarlo. Sin embargo lo hizo, con la mayor delicadeza que sus brazos le permitieron, la dejó caer con suavidad en su cama. Más tarde tomó una cobija y la arropó, tratando de mantener su temperatura, Bill y Brokelle miraban desde el umbral. El timbre de casa sonó repentinamente, Brokelle se ofreció a abrir ya que se encontraban en su casa, los gemelos esperaron arriba en la habitación de Cam.


         — Es Gustav— murmuró Bill al escuchar la voz del rubio abajo. Tom separó su mirada un instante de la de Camille, para mirar a su hermano como si estuviese esperando algo. Los pasos sonaron cada vez más cerca, cuando se dieron cuenta el rubio ya estaba entrando con un maletín en manos.

         — ¿Hicieron lo que les pedí? — preguntó dirigiéndose a todos, Tom respondió asintiendo. — Bien. — Gustav sacó de su maletín un par de herramientas de médico, Bill, Brokelle y Tom miraban atentos cada una de sus maniobras, cuando le tomaba la presión, verificaba sus signos vitales, analizaba los golpes y finalmente se volteó para darles un veredicto.

         — Está bien— comenzó a decir— los hematomas deberán irse en unos días, pero por suerte su mandíbula está bien.

         — El chico fue realmente brutal. — gruñó Brokelle por lo bajo.

         — Sí, se nota. — convino Gustav. — Sin embargo no lo suficiente. Camille tuvo suerte.

         — ¿Qué clase de hombre golpea a una mujer con esa brutalidad? — Preguntó Bill negando con la cabeza, con la vista perdida.

         — Bill, los mafiosos no lo ven como una mujer, los mafiosos la ven como una amenaza, y deben deshacerse de ella.

         — Yo nunca golpearía a una chica así. — comentó.

         — Es porque eres muy dulce— Brokelle se alzó de puntillas para besarlo. Luego dirigió su mirada a Gustav, quien había sacado una jeringa y comenzaba a llenarla de algún líquido en un frasco de vidrio color marrón. Por momentos se veía torpe, de modo que la rubia solo atinó a cerrar los ojos.

         — Oh por Dios— exclamó. — Gustav, ¿estás seguro de esto? Podemos llamar a un verdadero médico y mentirle sobre lo que le pasó.

         — No, no — increpó lanzándole una mirada severa—. Yo puedo hacerlo, sí. Esos años de calvario debieron servir de algo.

         — Tranquilízate, Broke — le dijo Tom. —. Gustav siempre atiende nuestras heridas, y nunca ha pasado nada.

         — No se ve muy ágil con las inyecciones— inquirió dirigiendo la mirada a la mano de Gustav, quien seguía luchando con la jeringa.

         — ¿Podrían no hablar de mí como si no estuviese aquí? — cuestionó Gustav irritado. Finalmente había logrado tener la cantidad suficiente de líquido que necesitaba. — ¿Lo ven? Lo hice. — Tomó el brazo flácido de Camille y pinchó una de sus venas azuladas que sobresaltaban en el pliegue interior del codo, gracias a su pálida piel era fácil verla.

         Brokelle crispaba el rostro a momentos, cuando creía que Gustav iba a sobrepasarse con el líquido o quebraría la aguja dentro del brazo de Camille. Pero después de unos minutos, la tortura de la rubia terminó, y Gustav guardó todos sus utensilios en su maletín.

         — Listo. No ha muerto. — Brokelle sintió el sarcasmo dirigido a ella. —Estará bien, aunque si ven que no despierta en unas cuatro horas, les aconsejo llamar a un médico real… tal vez a un toxicólogo.

         — ¡Gustav! — Gritó Brokelle aterrorizada. El rubio se carcajeó.

         — Estoy bromeando— dijo. —. Despertará en unas dos horas. — le dirigió una mirada a su reloj de muñeca, y comenzó a caminar a la puerta —Ahora, si me disculpan, tengo a una linda rubia esperándome en lencería.

         — ¿Charlotte? — sugirió Bill volcando los ojos.

         — No me mires con esos ojos, Kaulitz. — le reprendió el rubio. — Que tu no obtengas nada no significa que los demás tampoco debamos.

         — ¡Para tu información yo sí lo obtengo! — Objetó Bill mientras Gustav caminaba por el pasillo y se carcajeaba — ¿Verdad, cariño? — Brokelle le miró arqueando una ceja, y Bill simplemente guardó silencio. Todos salieron de la habitación, dejando a Camille descansando en su cama. Brokelle se ofreció a prepararles a los chicos algo de café ahora que la tensión se había acabado.

         Mientras la rubia se apoyaba al mueble de la cocina con la taza de café en la mano, comenzó a pensar en posibles personas que podían haber contratado a Ethan. Era una lástima que ahora estuviese muerto, tal vez lo hubiesen raptado a él para sacarle información. Brokelle sabía que la Organización tenía muchos enemigos, y sabían que Camille sería un golpe bajo, pero la mayoría del tiempo mantenían un perfil bajo, porque además de que capturar a Camille era algo casi imposible –o ahora que lo pensaba, tal vez no tanto— hacerlo sería señal de guerra pura, y a nadie le convenía estar en guerra con Caleb y su gente. Mantuvo la mirada fija en la pared, pensando y atando cabos. Había algo muy extraño en todo eso.









•••




         Cuando sus ojos se abrieron los primero que notó fue que sus manos no estaban atadas. El alivio la recorrió de pies a cabeza, sin embargo la confusión se mantenía intacta. Pensó en la posibilidad de que todo había sido una horrible pesadilla, sin embargo, y cuando la luz del sol se coló en su ventana, alumbró directo a sus muñecas, unas raspadas y lastimadas. De pronto confirmó que todo había sido real.

         Pero, ¿Cómo había llegado a la comodidad de su casa? Lo último que recordaba era haber sido golpeaba por aquel rubio que la tenía secuestrada, y ahora se encontraba durmiendo en su habitación, con unos pantalones de lino y una blusa de manga larga.

         El frío la comenzó a recorrer desde los pies, la madera del piso estaba helada, y descartó la posibilidad de ir al baño, no quería ni imaginar como estaría el piso de mármol allí. Escuchó unos ligeros murmullos que provenían de abajo, deseó reconocer la voz de Brokelle, pero eran casi tan imperceptibles que ni siquiera podía distinguir en su eran de un hombre, o una mujer.

         Tomó la bata que pendía de la puerta del baño, en un perchero. La ató a su cintura al tiempo que se ponía las pantuflas que se encontraban al lado de su cama. El dolor de cabeza la estaba matando.

         Conforme los escalones acababan las voces se intensificaban, ya para ese instante podía reconocer los dueños de las voces, sin embargo se negaba a aceptarlo. Él no podía estar allí, él no debía.

         Sin embargo lo estaba.

         Tan campante tomándose una taza de café, sentado en su desayunador, de su cocina, de su casa. Su terreno, el terreno del enemigo, pero Tom no respetaba las reglas, él era cínico, manipulador y un muy buen mentiroso. Camille sintió que el cuerpo le ardía de una furia casi incontrolable, el solo hecho de verlo allí le daba nauseas, y una sed de venganza que desconocía de sí misma.

         — Camille — musitó él, la voz percibió con tinte hipócrita. — Despertaste.

         — ¿Te sorprende? — increpó con voz severa. Tom percibió su enojo.

         — ¿Ah?

         — ¿Te sorprende verme viva, Kaulitz? — preguntó esta vez, más irritada y más alto — Te costará mucho más que un patético secuestro para verme muerta.

         — ¿De qué demonios hablas? — cuestionó ahora Brokelle, pero para Camille solo parecía existir Tom.

         — ¿¡También creíste que fingiendo rescatarme no me daría cuenta!?

         — ¿Darte cuenta de qué? — Tom preguntó, intimidado.

         — ¡No pretendas que no lo sabes, porque te juro que voy a cortarte la cabeza!

         — ¡Camille! — increpó Brokelle, dando un paso al frente.

         — ¡No te metas en esto! — por primera vez desde que llegó ahí reparó en la presencia de su amiga. En aquel momento la aborrecía por creerse toda la farsa de Tom.

         — ¿¡Pero qué demonios estabas pensando, Kaulitz!? ¿¡Creíste que no me daría cuenta!?

         — Cam, yo…— Tom se quedó con las palabras dentro de la boca. Se levantó, atemorizado, Camille cada vez se acercaba más peligrosamente, con los ojos llameándole de ira destructiva, y Tom aún no sabía qué había hecho malo.

         — ¿Tratarás de disculparte? ¿Tratarás de justificarte? ¡Anda, te doy tiempo para que inventes una maldita excusa!

         — ¿¡Excusa para qué maldita sea!? — Tom no dejó de retroceder, a pesar de sonar genuinamente confundido e irritado al decir lo último. La voz le salió ahogada, no pudo retroceder más cuando chocó contra la pared, y Camille aprovechó y lo acorraló, con su antebrazo ejerció presión en el cuello de Tom, y al lado en el mueble, sacó de un juego de cuchillos, el de mayor tamaño. Tom pudo ver en sus ojos, algo más profundo que la ira, pero no podía entenderlo.

         — ¡Camille! — Gritaron Bill y Brokelle al unísono, aterrados. Pero ella no los escuchó.

         De pronto la sala de vio inundada por un silencio sepulcral. Brokelle y Bill estaban conscientes de que no podrían detenerla. Tom tampoco podría hacerlo, y ni siquiera la misma Camille sabía si podría detenerse. Se sentía tan traicionada y estúpida, pero más que todo, dolida. Tenía ganas de atravesarle aquel cuchillo por el cuello, pero había algo más fuerte que ella, dentro de sí misma, que no le permitía mover ni un milímetro más el filo de su arma. Los ojos se clavaron en él con una fiereza indescriptible, y Tom sintió que su mirada era demasiado intensa para sostenerla.

         — Lárgate de mi casa. — Masculló con la mandíbula tensada — Lárgate, o te juro que te vuelo la cabeza.

         Tom sintió como la presión en su cuello disminuyó de golpe. Comenzó a toser, pero logró apartarse de allí. Prácticamente salió corriendo de allí sin importarle nada, Bill miró a Brokelle como si le pidiese permiso para marcharse. Ella asintió y Bill salió corriendo tras su hermano.

         Brokelle miró a Camille, con el brazo que antes tuvo a Tom aprisionado, lo apoyó a la pared y a su vez ella apoyo su cabeza. La mano con el cuchillo caía flácida al lado de su cadera.

         — Ahora mismo vas a explicarme qué demonios sucede contigo — exigió la rubia, rompiendo el silencio que mantenía hacía unos segundos.

         — Explícame mejor como que fue caíste en su farsa — increpó Camille, volteándose de golpe.

         — ¿¡Qué farsa, maldita sea!? ¡Continúas hablando de una farsa y no logras explicarte!

         — ¿¡Qué no lo ves!?

         — ¡Lo veo perfectamente! — Replicó Brokelle — ¡Veo como mandas a la mierda lo único que te mantiene humana! ¡Veo como desprecias a la única persona que te ha querido de verdad! ¡Sí, lo veo Camille! ¡Lo veo, y dudo mucho que tú puedas hacerlo!

         — ¡Deja de ser tan ingenua, por el amor de Dios!

         — Yo podré ser ingenua pero tú… tú estás ciega, Camille.

         — ¡Date cuenta de lo que está haciendo! — Refutó la pelirroja — ¡Él me secuestro Brokelle, él lo hizo!

         — ¿¡Por qué habría de secuestrarte si fue él mismo quién hizo todo lo posible por rescatarte!? ¡¿Sabías eso, Camille?! ¿¡Sabías que se volvió loco tratando de encontrarte, sabías que no durmió en dos días por ti!? ¿¡Lo sabías!? ¡Claro que no! ¡De otro modo no lo hubiese amenazado de muerte!

         — ¡Lo hice porque se lo merecía! —Rugió — ¿Qué no lo ves? ¡Es la excusa perfecta! Claro, imagino que fuiste a pedirle ayuda y milagrosamente él encontró el sitio ¿no?

         — ¡Escúchate a ti misma, Camille! ¡¿Estás demente?!

         — ¡Respóndeme!

         — ¡Yo encontré el sitio! —increpó Brokelle — ¡Pero fue Tom quien te cargó, fue Tom quien hizo todo lo posible para mantener tu temperatura, fue Tom quién molió a golpes al hijo de puta que te tenía secuestrada!

         — ¡Le escuché, Brokelle! ¡Le escuché hablando por teléfono!

         — ¡¿Ahora estás delirando!?

         — ¿¡Por qué simplemente no lo aceptas!?

         — ¿¡Por qué te dejas llevar por ese engaño!? ¿¡Realmente crees que alguien sería tan estúpido como para dejarse escuchar!? Y si así lo fuese, ¿¡cuando tuvo tiempo de llamarlo, eh?! ¿¡Cuando estaba follándose a una cualquiera para tratar de olvidarte!? ¿¡Cuando tenía pesadillas por la forma tan despreciable en que lo dejaste?! O mejor aún, ¿¡cuando llamó a toda su maldita agenda telefónica solo para saber donde estabas?! ¡Contesta!

         Camille no podía hacerlo. ¿Y si todo había sido una trampa? Ahora que lo pensaba bien, no era como si Ethan se hubiese escondido, en realidad había sido muy evidente, diciéndolo frente a ella. Odiaba saber que Brokelle podía tener razón, sin embargo no quería descartar del todo la idea de que había sido Tom.

         Preferiría pensar que no era así, pero tampoco iba a disculparse. Su orgullo era mayor que cualquier otra cosa.

         — No vas a contestarme, ¿cierto? — masculló Brokelle.

         — Tú no entiendes — increpó —. Ni nunca lo entenderás.

         El sonido del cuchillo cayendo al suelo fue lo último que Brokelle escuchó por parte de su amiga, antes de que saliera de la cocina dando zancadas y evadiendo su mirada.

         No quiso gritarle, pero a veces era la única manera de tratar con ella. No sabía como o un porqué, pero estaba segura de que Tom no había fingido el rescate. Más aún, estaba segura que Bill no le escondería tal atrocidad.









•••




         No estaba segura de que sentía en ese momento, pero era una mezcla de tantas cosas que no quería ni pensar en ello. Cuando azotó la puerta de la manera en que lo hizo, tuvo que detenerse a sí misma y respirar profundo, tratando de calmarse. Sabía que si su temperamento continuaba, alguien, y no sabía exactamente quién, saldría lastimado.

         Sin embargo no se impidió acercarse a su mesa de noche, y con ambas manos apartar todo de golpe hasta que cayeron al suelo y un par de artefactos se quebraron. Después, su rabieta continuó cuando dio un grito ahogado y apretó los puños, para terminar, los estrelló contra la pared con toda su fuerza. Se lastimó un poco, pero aquel dolor no se comparaba con lo que sentía en ese momento.

         Ya más calmada, su cabeza dio un par de golpes inofensivos a la pared, aún con los puños apoyados a cada lado. Cerró los ojos con fuerza, un par de lágrimas amenazaban con salir, y no lo permitiría de ninguna manera. La última vez que había llorado fue en el funeral de Georg, y no permitiría que una estupidez como aquella sacara a relucir su lado más vulnerable.

         Respiró profundo, se separó de la pared y se adentró al baño. Necesitaba una ducha.

         Cuando la bañera comenzó a llenarse de agua, los recuerdos de Tom la comenzaron a invadir. Aquel beso, el sentimiento de calidez que le había dado, la genuina preocupación que emanaba de los ojos de Tom, la manera en la tocaba. No podía creer como él podía fingirlo. Se negaba a creer que aquel sentimiento no era recíproco… no era real.

         La bañera finalmente estuvo llena. Ella se despojó de sus ropas y adentró un pie después del otro. Logró hundirse en el agua, acompañada de sus sentimientos, sintiendo que el agua tibia la relajaba, pero no la hacía olvidar. Y eso era lo que necesitaba, olvidar, olvidarse de él, de lo que alguna vez los unió. Sentía ganas de devolver el tiempo, de jalar el gatillo cuando había tenido la oportunidad. Pero muy en el fondo sabía que no podía hacerlo, que cuando él le miraba su mano le temblaba, le temblaba como nunca con ninguna otra persona lo había hecho, ni siquiera con Georg.

         No se había percatado de que le aire ya le faltaba bajo el agua. Por un momento sintió el impulso de quedarse allí, sin respirar, perderse en ella, para luego encontrarse. Ya no se reconocía, ya no sabía en qué se había convertido. No podía olvidar las palabras de Brokelle, que más que palabras parecían veneno.

         « ¡Veo como mandas a la mierda lo único que te mantiene humana! »

         Tenía tanta razón. Tom era el único que podía despertar su lado humano, compasivo. Él único que con sólo una sonrisa le recordaba que ella sí tenía sentimientos, escondidos, pero los tenía. Él único que con solo una mirada le impedía jalar del gatillo, y el único que con sólo un roce podía asemejar el sentimiento de ardor en su piel.

         El cuerpo le recordó que debía respirar. Comenzó a emerger del agua suavemente, dejando que la misma le echase el cabello hacia atrás. Restregó los ojos, y logró sentarse en la bañera. Lo que antes era negro, ahora se convertía en el blanco de la pared.

         Decidió salir. Secó su cuerpo, salió envuelta en la toalla blanca, y cuando estuvo en su habitación tomó un poco de crema y humectó sus brazos. De pronto una ráfaga de viento se coló por la ventana, ella se acercó para cerrarla, y no pudo evitar quedarse absorta en el paisaje. Sabía perfectamente qué debía hacer, pero le atemorizaba más que otra cosa.

         Cuando estuvo vestida, se miró al espejo, con expresión dudosa y el gesto torcido. ¿Era así como debía vestirse para dar una disculpa? No lo sabía, y era tan inexperta en ese campo que pensaba que debía vestirse bien para disculparse. O bueno, tal vez era una simple excusa para que Tom la encontrase atractiva y no fuese tan duro con ella.

         Se volteó, para ver como le entallaban aquellos pantalones negros el trasero. Bien, nada mal. La blusa gris le quedaba de maravilla, pero usaría un blazer negro que le llegase hasta la cintura para protegerse de la nieve. Unos botines negros, y mientras se los calzaba, la mirada se dirigió hacia un collar largo de plata. Definitivamente lo usaría.

         Por último tomó su bolso, y mientras bajaba los escalones se acomodó el asa. Estaba rogándoles a los ángeles que Brokelle no se topase con ella mientras iba al garaje, no hacia menos de 20 minutos las dos se estaban gritándose a más no poder en la cocina. De modo que, trató de caminar sigilosa para pasar desapercibida, mala suerte que cuando llegó a la sala de estar, Brokelle se encontraba allí tomando un poco de té.

         Sus miradas se cruzaron en un instante de silencio incómodo efímero. Camille no hizo más que tragar con dificultad, y Brokelle, al verla, sintió más curiosidad de la que debía. Moría por preguntarle donde iría, aunque ya lo sospechaba, pero si era lo que tenía en mente, Camille se sentiría cohibida, y Brokelle no planeaba arruinarle lo que tanto le costaría. Al menos, esperaba que fuese eso. Bajó la mirada, y escuchó los tacones de Camille alejándose, caminando hasta el garaje. No podía creer que simplemente había carraspeado antes de irse.









•••




         Ya en la carretera, el camino se abría entre la nieve y casas en los suburbios. Por suerte no hacía mucho frío, o al menos ella no lo sentía gracias a la calefacción de su auto. Mientras tomaba una curva, los nervios se intensificaban, una sensación tan horrible, como si le faltase el aire, aunque sabía que estaba respirando perfectamente. No había un porqué, simplemente estaba allí. Sabía perfectamente que Tom no la había secuestrado, se negaba a creerlo…

         Apagó la calefacción. Ahora dudaba de que estuviese respirando bien, y además no sabía si se estaba volviendo loca —probablemente— pero, comenzaba a sentir calor, y como le gustaba el frío, prefería mil veces esa sensación. Ya faltaba menos para llegar a la casa de Tom, y ahora que ya visualizaba la fachada, sentía que comenzaba a hundirse en el asiento de su propio auto.

         No se bajó apenas detuvo el auto, pensó en miles de razones para no ir allí y tragarse su orgullo, todas eran malas, sin embargo, y aunque fuesen buenas, ella simplemente no se iría de allí hasta aclarar las cosas. No era propio de ella, y por primera vez en mucho tiempo, se sentía indecisa.

         Tomó una gran bocanada de aire, salió del auto y caminó lo más rápido que pudo hasta el pórtico de casa, aún así cuando estuvo allí tuvo que sacudirse los copos de nieve de los hombros. Pensó en otras cosas que hacer mientras estaba allí, para alargar el tiempo que le quedaba para tocar el timbre, miró un poco las plantas marchitas, y después se dijo a sí misma que lo que hacía era estúpido e inmaduro. De modo que más decidida que antes, pero igual de nerviosa, elevó la mano y tocó el timbre tan rápido como pudo. Más bien parecía que tocarlo le causaba un dolor inimaginable.

         La espera se le hizo eterna, después de que resonara en sus oídos el sonido del timbre. Habían pasado si acaso 20 segundos, pero ella sentía que llevaba una eternidad allí, y que ni Bill, ni Tom, saldrían. Bien, intento fallido, se dijo a sí misma, se volteó y comenzó a caminar lo más rápido que pudo hasta su auto.

         — ¿Camille? — Una voz la llamó, no sabía si sentirse afortunada, o la mujer con más mala suerte del mundo.

         —… Bill— murmuró, sin voltearse.

         — ¿Qué haces allí? — Preguntó. — .Vamos, entra. Debes estar congelándote. — Ella finalmente se volteó en sus talones, no sin antes maldecir en voz baja el hecho de que Bill había abierto la puerta. Esta vez también se apresuró para llegar al pórtico, realmente se estaba congelando. Aunque a pesar de que Bill tenía la puerta abierta para que ella entrase, Camille decidió mantenerse fuera de la casa.

         — ¿Qué haces aquí? — cuestionó Bill, frunciendo el ceño. Por primera vez desde que llegó, Camille levó la mirada con la de él. — Oh….

         — Yo sólo…

         — No tienes que precipitarte — le interrumpió, al ver que no avanzaba —No tienes que decirlo. Sé porque viniste.

         — Bill… yo…

         — Puedes estar tranquila — musitó el pelinegro. — Sé lo confuso que puede ser… sólo, quiero saber una cosa. ¿Por qué Tom?

         — El chico que me secuestro… él, estaba hablando por teléfono, y yo lo escuché.

         — ¿Escuchaste a Tom?

         Camille se sintió estúpida diciendo que no.

         — ¿Entonces? — insistió.

         — Escuché mencionar que quién había hecho todo esto era de apellido Kaulitz.

         — Hay muchos Kaulitz en la ciudad — mencionó Bill.

         — Pero conozco sólo a dos, y resultaron ser gemelos. Siempre he pensando que de quién menos lo esperas, esa persona te va a traicionar. Pero de Tom… ni siquiera lo esperaba.

         — Somos dos Kaulitz — inquirió Bill —, y tú solo atacaste a uno. Yo tengo mi cuello intacto.

         — Supongo que pensar que había sido Tom me afectó más que pensar que habías sido tú.

         — Lo quieres…

         — No lo sé, Bill.

         — No fue una pregunta. — Camille clavó sus ojos en él. — Conozco a mi hermano, Camille. Mucho antes de haber nacido, y sé que él te quiere. Pero te conozco a ti desde hace 5 meses, y por más que quiero no puedo descifrarlo. Sólo necesito oírlo de ti, y estaré tranquilo.

         Camille sintió por un momento que estaba hablando con la madre de Tom, en lugar de su hermano gemelo. Pero supuso que ella se comportaría del mismo modo si se tratase de Brokelle, aunque, a diferencia de Bill, Camille sí podía descifrarlo. Su padre alguna vez le dijo que era un don.

         — No te obligaré a decirlo. Con solo que estés aquí, ya es evidente…

         — Me siento incómoda hablando de esto contigo, Bill.

         — Tienes razón — convino él. — . Yo también. Pasa.

         Camille dio el primer paso dentro de la casa, pero la sentía diferente. Bill se había comportado de una manera muy madura, y ella de repente se sentía como una niña a la cual estaban castigando.

         — Tom está en su habitación — le hizo saber, mientras ella se acercaba cada vez más a los escalones. Estando en le primer peldaño, supo que debía hacer, y de repente ya no se sentía cohibida.

         — ¿Bill? — murmuró. Él se volteó. — Sí debo decirlo. — admitió, y forjó una sonrisa. — Lo siento mucho y… lo quiero.

         Bill ensanchó su sonrisa.

         — Entonces, ¿qué haces aquí? Ya te dije que es mi cuello el que está intacto. — Camille volcó los ojos y soltó una sonrisa. Se volteó y comenzó a subir los escalones, algo en ella le decía que finalmente, había encontrado lo que por mucho tiempo había perdido; ella misma.






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5 Response to Capítulo 30 «Flores Negras Florecen»

25 de febrero de 2011, 10:18 p. m.

awwww
que lindo hermano es bill!!!
todo maduro y ella como una niña chineada...
esta muy muy muy lindo el cap
algo intenso al principio pero lindo!!
más!!!!

26 de febrero de 2011, 5:43 p. m.

ohh!! que bien que Camille se vaya a disculpar con Tom!!! :D
espero el sig. capi!!!!!
me encanta tu fic
la amo!!!! <3

Lauren
26 de febrero de 2011, 6:59 p. m.

que bien al fin van a hablar con Tom espero que todo se arregle entre ellos pero ojala tampoco se pierda todo el drama que hay en tu historia. Cuidate bye

7 de marzo de 2011, 3:36 p. m.

Me cago en todoooooooooooo, me cago en la humanidad y en djkhajfhafjdhafh Ahhhhhhhhhhhhhhh! Sooooooooooooooooooooooooooou, te amo tantoooo maldita desgraciada ¿por qué mierda escribes tan bien? Te odioooooooooooooo, es que jadhdhasdh no no, amo este capítulo, lo amo como si lo hubiese parido (? ok no xD
hahahahahahahah Me imaginé a Gustav como el Doctor Chapatín xD ahahahahaaah me dio tanta gracia cuando intentaba inyectar a Cam y Broke la más nerviosa hahahahha Gustav te amooo ♥
Y Broke le dice a Bill dulce y yo O______________O jdhasjdhasjdhajdh Morí, me desvanecí por completo, lo he dicho miles de veces, pero es que ambos son tan lindos, adorables, tiernos y románticos ♥ Son un amor, la mejor pareja del mundo, putamadre, Bill debería estar con Broke en la vida real (? xD
Ohhhhhhh Dios, es que cuando Cam baja y ve a Tom mierda quise morir, estaba muy herida porque en verdad lo quiere (parte final, pero de eso hablo luego) xD Y luego lo acorrala y Tom el más asustado, pobre me dio pena u.u pero no le queda de otra que soportar los arranques de la mujer que ama *___* Y eso suena tan lindooooo, maldita sea!! Nadie podía detenerla, pero sí ella misma, y volvemos al tema de: Porque lo quiere xD

Wow wow wow, y cuando Cam y Broke se gritan O.o 1000 puntos para Broke, 0 para Cam xD Amé a Broke cuando le dice todas esas cosas, y mi corazón estaba tutuf tutuf tutuf y encima con la canción, hajhdfasjdfafh Crica muerta wn xD
Espera, voy a volver a leer esa parte porque me encantó xD
"¿¡Sabías que se volvió loco tratando de encontrarte, sabías que no durmió en dos días por ti!? ¿¡Lo sabías!?" Jooooooooooder, es que amé esa parteeee, no no, amé todo el capítulo, amo el fic, amo todo xDD
"¡Pero fue Tom quien te cargó, fue Tom quien hizo todo lo posible para mantener tu temperatura, fue Tom quién molió a golpes al hijo de puta que te tenía secuestrada!" "¿¡Cuando estaba follándose a una cualquiera para tratar de olvidarte!? ¿¡Cuando tenía pesadillas por la forma tan despreciable en que lo dejaste?! O mejor aún, ¿¡cuando llamó a toda su maldita agenda telefónica solo para saber donde estabas?! ¡Contesta!" Madre mía, kdhjsdhajkdhajdhaj Broke TE AMOOOO, le dijiste toda la puta verdad, y aunque le costó creerlo, a las finales Cam lo aceptó, y volvemos a: Porque lo quiere muajajaja xD
No puedo dejar de leer esa parte, es que es tan jodidamente hermosa, perfecta, ajhdjs ya xD
Y luego piensa en él mientras está en la bañera *O* Sou te amo desgraciada ♥ Sacas todo de mí, me pongo tan feliz cuando leo este Fic, me olvido de mi hermano ¬¬º xD
Ahhhhhhhhhhhhhhh, va a hablar con él, y Bill hahahah toda una madre, ya sabemos cómo es él xD Y luego le confiesa que sí lo quiere putamadreeee! Cam de mierda, hasta que por fin! ahhhhhhh no puedo no puedoooooo!!!
Y me he dado cuenta que me pongo muy eufórica cuando leo y dejo mis comentarios xDDD
Ya, en fin, me encantó este capítulo, lo amé lo amé lo amé con toooodo <3

Lamento estar tardando en comentar u.u lo bueno es que mi hermano se larga esta semana (: Y mi vieja también viaja por un par de meses y me quedaré sola en casa y ocuparé la pc todo el día xDDD

PS: Necesito que me digas también el nombre de esta canción y quién la canta xD Mejor deverías ponerlo debajo, no sé, o en el chat, no se xDD

Ok, me paso a leer más (:
Te adorouu ♥

12 de marzo de 2011, 8:17 p. m.

Me he perdido tanto , pero ahora me pngo al dia xD
Oh mierda ¡!!!!! Camille acepto sus sentimentos cuanto esparaba ese dia , ese capi, es mas que perfecto , Bill de madre ♥ parecía Simone que lindo por eso lo amò cuando dijo si lo quiero , yo estaba mierda al fin tanto tiempo y waaaaaaaaaaaaaaaaaaa parecía loca en mi casa no pude aguantar y grite * parecía desquiciada * es de noche asi que habre despertado a todos los vecinos * no creo*
Broke joder si que se paso le dijo sus verdades una por una mierda me emocione tanto que casi me pongo a aplaudir a Broke xD , Cam te adoro pero que coños te pasa pobre Tom siempre sufriendo T_T esto me tiene traumatizada , tanto daño tendrá su recompensa xD ojala ( quiero pensar que si habrá , pero nunca se sabe )
« ¡Veo como mandas a la mierda lo único que te mantiene humana! »
Claro Tom es el único que le hace sentirse asjhgsfg , , que pasra cuando Cam le pida disculpas a Tom , la ansiedad me mata me voy al otro capi ….